Testimonios de migrantes, compartido para acompañar el proceso de quienes se vean identificados con esta historia. El nombre de la persona se mantiene en anonimato, por solicitud de ella.
La decisión de irme de mi país de origen hacia Estados Unidos, la venía meditando desde hace varios meses atrás, pero lo decidí definitivamente en abril de este año, cuando después de la situación económica de mi país, pensé en que las oportunidades para mi eran limitadas.
Desde el primer momento confié en que las cosas iban a suceder correctamente, no tuve miedo y a pesar de los obstáculos, puse mis planes en manos de Dios.
Cuando le comuniqué mi decisión a mi familia, les tomó por sorpresa, pues siempre hemos estado unidos, y no se imaginaron que sería parte de las más de 200 millones de migrantes que existen alrededor del mundo.
Para despedirme de mi familia, mis hermanas y mis padres llegaron a mi casa un día antes de mi viaje, comimos, nos tomamos fotos y hablamos mucho sobre la esperanza de un futuro mejor.
Ya el día en que salí del país, mi papá y mamá me acompañaron a montarme en el autobús, que me llevaría a otro lugar, sin una fecha exacta de regreso.
Desde el momento en que me fui, hemos mantenido el contacto con mensajes y llamadas.
Así me preparé para viajar
Antes del viaje me preparé con productos como abrigos gruesos para el frío, comida enlatada, bastante agua y medicamentos para distintas dolencias que pudiera tener durante el viaje.
Como parte de los testimonios de migrantes, te comento que ahora que ya estoy en este nuevo país, extraño mucho a mi familia, mi cultura, comida y sobre todo a mi perrita “Chelsea”, que tuve que dejar en mi país.
Pero tengo mis planes claros, quiero ahorrar dinero para montar mi propio negocio y comprar mi casa. Además de ayudar a mi familia, porque estoy convencida de volver a mi país para disfrutar con ellos de mis logros.
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Si como yo, tú estás pensando en migrar, quisiera decirte que, a pesar de las dificultades, nada es imposible, si realmente esos son tus sueños, confía en que puedes hacerlos realidad con ayuda de Dios y tus seres queridos.