Gisella Canales
Cada nuevo integrante de la familia trae consigo retos de tiempo, emocionales, de responsabilidad y, por supuesto, financieros. ¿Es posible estar preparados? En este artículo te compartiremos cómo prepararse financieramente para tener un bebé.
Cada nuevo ser implica nuevos gastos, que podrían aumentar o reducirse, dependiendo de sus necesidades de salud, por ejemplo. A eso se suman los gastos menos pensados, pero que están ahí, tales como mayor consumo de servicios básicos en el hogar, transporte, leche, juguetes, su cuidado, entre muchos otros.
Prepararse financieramente para la llegada de un bebé no solo es una muestra de responsabilidad, sino de mucho amor, pues estás pensando en asegurar la estabilidad económica y bienestar de toda la familia.
Los pasos para estar mejor preparados variarán según las expectativas y posibilidades económicas de cada hogar, por ello lo primero que te recomendamos hacer es evaluar cómo se encuentran las finanzas familiares antes de la dulce llegada.
Evaluar las finanzas familiares
Hay tres aspectos claves a evaluar en este sentido: cómo estamos de ahorros, cómo está el endeudamiento y cómo se comportan actualmente los gastos.
- Ahorros: ¿hay ahorros familiares? Si la respuesta es “sí”, ¿tienen un propósito ya definido o son para emergencias? Para poder enfrentar mejor cualquier necesidad de un bebé, no podemos limitarnos a contar solo con el salario regular, la remesa o lo que genere mes a mes un negocio. Siempre se debe tener ahorros, en la medida de las capacidades de tu familia. Todo suma, así que se debe empezar lo antes posible.
- Deudas: cada cuota mensual que pagamos en créditos es dinero del que no podemos disponer, por ello, para estar mejor preparados para la llegada de un bebé, debemos tener la menor cantidad de compromisos financieros posibles. Parte de esta preparación es reducir el endeudamiento. ¿Por qué? Porque cada bebé es diferente, y podrías tener el más sano del mundo, pero también podría requerir una leche especial, algún medicamento costoso o cosas similares, lo cual te demandará tener más disponibilidad de tus ingresos.
- Gastos: si actualmente se gasta el 100% de los ingresos, ¿cómo haremos cuando aumenten las cosas que debemos comprar cada mes? Se puede consultar a madres o padres con más experiencia sobre cuáles son los gastos fijos que se realizan con un bebé, cotizar sus precios e incorporar dichos gastos al presupuesto familiar desde ya (al menos a modo de ejercicio). Esto ayudará a conocer qué tanto hará falta, o qué tanto sobra. En caso de hacer falta, te permitirá tomar decisiones con suficiente anticipación.
Planificar los gastos del bebé
Anteriormente explicamos sobre los gastos fijos o regulares del bebé, pero para su llegada, habrá una serie de gastos únicos (que se realizarían una sola vez), pero que suman grandes cantidades. Ejemplo de ello es la cuna o cama, cochecito, corral, bañera, guardarropa (closet, gavetero), entre otros.
Con base en el presupuesto familiar, definan en qué fecha o mes se podrá adquirir cada uno. Pero antes indaguen diferentes sitios donde vendan esos productos y comparen precios, sin descartar artículos de segunda mano, en caso de que el presupuesto sea muy apretado.
En esta etapa algunos familiares o amistades eligen regalar algunos de esos productos grandes, esto también debe tomarse en cuenta.
Anticipar gastos en salud
Generalmente solo se piensa en el parto, pero al menos durante el primer año, el bebé requiere chequeos constantes para evaluar su crecimiento y desarrollo, así como vacunas.
Si se utilizará el seguro social, se debe tomar en cuenta el gasto de transporte extra para cada visita al hospital; en caso de utilizar los servicios de médicos privados o seguros de gastos médicos, se debe incorporar ese gasto al presupuesto.
Con suficiente anticipación se puede consultar a conocidos y amistades, sobre referencias de pediatras y sus precios, para tener una idea de cuánto sumará al gasto mensual.
En el caso de las vacunas, una buena alternativa es consultar el esquema de vacunación gratuito de tu país, para verificar si realmente se requerirá pagar por alguna, o si todo estaría cubierto por la seguridad social, o por el sistema público.
Los antes mencionados son los aspectos más relevantes para considerar durante el primer año del bebé, sin embargo, no significa que una vez se tenga cubierto, no hay nada más en qué pensar. Luego de los 2 o 3 años (según la necesidad y capacidad de cada familia), el bebé pasará al sistema escolar, lo cual trae consigo nuevos gastos y retos.
En cualquier caso y etapa de la vida del nuevo miembro de la familia, la palabra clave para sortear mejor los retos financieros, es: priorizar. Si la familia aprende a priorizar gastos y darle a cada cosa el lugar que realmente le corresponde, será más sencillo hacer ajustes.
